Continuando con el blog de la semana pasada “Los beneficios del porteo” hoy vamos a hablar de las claves para que el porteo se considere ergonómico y, por lo tanto, tenga todos esos beneficios sin los riesgos que una mala posición tendría para el bebé y quien portea.
Cuando coloquemos a nuestro peque en el fular o en la mochila de porteo es muy importante comprobar que se cumple lo que explicamos a continuación, como si fuera un check list, y corregir lo que no esté bien.
- Sus piernas deben formar una M o “posición de ranita”, dicho de otra manera, las rodillas deben de estar a la altura de su cadera como muestra el dibujo, con una apertura de caderas de 120º y una flexión de rodillas de 45º.
- La espalda debe formar una C con la cadera basculada y que el peso no recaiga en los genitales. Por eso no se puede portear con el niño mirando hacia delante, aunque algunas marcas afirmen que con su mochila si, la espalda nunca podría acomodarse en esta posición.
- La cabeza debe de ir ladeada, con las vías aéreas despejadas.
- Si es menor de 4 meses o si duerme, la zona cervical debe de estar sujeta.
- La altura correcta es aquella en la que lleguemos a darle un beso en la cabecita, más baja sería perjudicial para nuestra espalda.
- Un fular o una mochila estará apretado correctamente cunado al agacharnos se separe un dedo el bebé de nuestro cuerpo, pero no más.
Los primeros días de porteo puede costar colocar todo bien, hazlo sin prisa, y en un momento que tu peque este relajado (lo aceptará mejor), con la práctica te resultará pan comido y disfrutareis mucho los dos de esta manera de pasear. Así que ya sabéis, cuando lo coloquéis en el fular o en la mochila, pasad un check list mental ¡Y a disfrutar!